La Posada "Lunarejo" se ubica en la localidad de La Palma, emblemática puerta de entrada al curso superior del arroyo Lunarejo, cuyo valle, enmarcado por las cuchillas de Haedo y Negra, guarda uno de los escenarios más pintorescos del norte uruguayo, declarado reserva y patrimonio natural de Rivera.
La Posada ocupa el edificio construido aproximadamente en 1880 en la margen derecha del arroyo, hoy conocido como Rubio Chico. Construida sobre un pedazo importante de la historia, el nuevo centro de atracción turí­stica , ha requerido una inversión superior a los cien mil dólares. Con capacidad para hospedar a veinte personas, la decoración interior, las camas y demás mobiliario fabricados en la propia zona de La Palma, con materia prima del lugar, han seguido las lí­neas arquitectónicas propia de la época colonial española, rústico pero de terminaciones delicadas y actuales, y como lo requieren las normas ambientalistas, integrada y enriqueciendo el paisaje propio del referido Valle del Lunarejo.
Cada habitación, a través de sus ventanas, con rejas originales del siglo XIX, ofrece al huésped una vista siempre majestuosa de los cerros y valles de las cuchillas de Haedo y Negra, en una invitación permanente a recorrer los caminos escarpados, o deleitarse con el importante avistamiento de aves de la laguna "Las Maravillas de la Palma", situada precisamente junto a la Posada. Allí­ gallinetas, cigueñas, garzas de distinto tipos, chajás, teros reales y otra veintena de especies comparten el espejo de agua, totalmente natural.
La Posada dispone de todos los servicios. Desde una gastronomía, caracterizada por platos tí­picos y sencillos, hasta los servicios de internet, biblioteca y sala de lectura, de tal manera de satisfacer los requerimientos más exigentes de los visitantes. El salón de estar y comedor, que ocupa todo el frente del edificio, además de una decoración cálida y cómoda, dispone de una estufa a leña apropiada a las dimensiones, que sin duda invita a la confraternidad hogareña.
Completan el paquete turí­stico, tres paseos o tours donde se puede observar el valle desde distintos lugares, reconociendo las sinuosidades del curso de agua, sus caí­das, y la riqueza de su flora y fauna. Para ello dispone de un vehí­culo todo terreno especialmente equipado, además de poder satisfacer a quienes quieran recorrer las serraní­as en carros o a caballo.Fuente: Diario Norte.